Cual fénix exánime resurge periódicamente la idea Ibérica de sus cenizas. Muchas han sido las voces, generalmente intelectuales, que a lo largo de la historia han propuesto la unión peninsular; Clarín, José Saramago y ahora las nuevas generaciones de políticos lusos han hecho suyo este discurso y, manifiestamente, lo han apoyado.
En cuanto a la opinión popular lusa, un 40% del electorado portugués mira con buenos ojos hacia su vecino y no se opondría a la unión hispano-lusa en una, supuesta, confederación Ibérica, pues, se presupone, en cuanto al término confederación, no querrán perder su estatalidad, ni independencia cultural. Pero es todo demasiado bonito, ¿Verdad?…
En el mismo momento que Portugal se integrase como estado confederado, las facciones independentistas del interior de España, se levantarían políticamente reclamando su derecho, si no deber, a formar parte de esta, supuesta, confederación como estados independientes, respetando, eso sí, la confederación Ibérica, tal y como estaría haciendo Portugal en ese mismo momento, pues Portugal, también formó parte de España allá por el siglo XVI-XVII, y por tanto, también tienen derecho a conformarse como estado independiente dentro de la confederación Ibérica.
¿Pero podría la unión de España con Portugal, suponer una desunión en el seno de “nuestra querida” España?...
Entonces... ¿Qué opinará la más abisal España sobre la confederación?, ¿Qué opinarán aquellos que “desprecian cuanto ignoran” sobre tan unitaria cuestión como es la confederación de España con Portugal, y, a su vez, la inseparable confederación de los diferentes estados españoles en la federación española?…
¡Tiembla Iberia!, pues la España de “Charanga y Pandereta” ataca de nuevo.