domingo, 1 de noviembre de 2009

Ya es hora de salir corriendo

Las últimas propuestas de la Administración Obama erradicarán los rescates financieros.


Raga Vázquez, Alejandro

El Ejecutivo estadounidense acordó, el día 28 de octubre, el borrador de una ley mediante la cual obligará a las entidades financieras a asumir el coste de los rescates financieros de la competencia

. Así, se creará un “fondo común” -que costearán las entidades con más de 10.000 millones de dólares en activos- para salvar de la bancarrota a la propia competencia con el objetivo de que no afecten las inyecciones monetarias al bolsillo del contribuyente.


Esta ley será, según Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, “crucial” para evitar que se cometan los mismos errores que causaron la crisis, es decir, que las entidades financieras asuman riesgos excesivos en sus concesiones crediticias, y apostó por un sistema en el que los bancos dejen de creer que el Gobierno “les protegerá de las consecuencias de sus errores”. De esta forma, el consejo de reguladores (el Tesoro, la Reserva Federal (Fed), el Fondo de Garantías de Depósitos (FDIC) y otras agencias) podrá decidir si fuerza una reestructuración de las entidades en riesgo, o si, directamente, las cierra; otorgando, por tanto, más poder a los organismos estatales respecto a las entidades privadas.


Asimismo, esta vez el Tesoro y la Fed, autoproclamándose paladines de la indignación popular, se enfrentaron, el 23 de octubre, a las entidades salvadas con dinero del erario público (Citigroup, Bank of America, Chrysler, etc.). Bern Bernanke, presidente de la Reserva Federal, atacó directamente los sueldos de los ejecutivos de estas entidades, y declaró que se establecerán techos salariales. Algunos ya se han estrenado, y ciertos directivos verán (el mes que viene) su sueldo reducido en un 90%, hasta los 333.000 euros al año, y sus pagas a la mitad.


Aunque no es la única actitud que se le reprocha a las entidades financieras. La inyección de liquidez realizada por los gobiernos de cada país se hizo motivada por la necesidad de que se restauraran los niveles de crédito, de tal forma que pudiesen seguir concediendo créditos a los ciudadanos; no obstante, no lo hicieron. Las entidades siguen más cautelosas que nunca respecto a la concesión de créditos (cabe recordar que fue una de las causas de esta crisis), lo cual ha provocado la irritación, tanto de algunos sectores de la sociedad, como de determinados gobiernos. Por ejemplo, en junio de este año, Alistair Darling, ministro británico de Economía, recordó a los bancos que el Gobierno no rescató al sector durante la crisis crediticia “como un acto caritativo”

, sino para que restauraran los niveles de crédito; y aseguró que se tomarían medidas contra aquellos que cobren intereses excesivos.


Trasladándonos al caso español, podemos observar que, a pesar de ser una de las sociedades más afectadas por la crisis financiera, nuestros bancos son, prácticamente, los únicos que han capeado el temporal en toda Europa. En los nueve primeros meses del año, las cinco grandes entidades financieras (Santander, BBVA, La Caixa, Popular y Caja Madrid) ganaron13.602 millones de euros, un 9,9% menos que en el mismo periodo del año anterior, aunque engrosando su fondo para provisiones, es decir, han ganado menos pero han salido más reforzadas ante los posibles impagos.

También es destacable que los dos “gigantes” (Santander y BBVA), han reducido el saldo de créditos concedidos en España un 0,4% y 1,2% respectivamente.


Pero los ejecutivos españoles también ganan más, experimentando una subida de sueldo (para los consejeros ejecutivos) de un 8,7%. También han subido los planes de pensiones de la banca, un 15,4%. Sin ir más lejos, el 29 de septiembre, José Ignacio Goirigolzarri, consejero delegado del BBVA, se jubiló con una pensión superior a 50 millones de euros.



Inconcebible para unos y, cuanto menos, extraño para otros; lo cierto es que la mayor parte de la sociedad ve con malos ojos la cantidad de divisas manejadas por la banca. De hecho, incluso el líder de la CEOE reconoció el pasado martes 27 de octubre, excesos en las indemnizaciones de la banca

. También el Gobierno, en boca de la ministra de Economía y Hacienda, y vicepresidenta segunda, Elena Salgado, ve razonable limitar las primas a directivos de banca ayudada por el estado.


Pero esta política monetaria está cambiando. Con la nueva ley propuesta por la Administración Obama, se obligará a las entidades a pagarse sus propios rescates, evitándose así el desembolso estatal en empresas privadas (o parcialmente públicas como las cajas); y se podrá echar el cerrojo a las entidades que asuman riesgos innecesarios.

Los salarios de los ejecutivos se han regulado, estableciéndose un techo que no podrán superar bajo ningún concepto.


En resumen, no sólo está en crisis la Economía, sino el concepto de Libre Mercado. Es el Neoliberalismo el que está, realmente, en crisis. Han habido muchas voces críticas a lo largo de la historia que nos avisaban sobre la dirección que tomaría el neoliberalismo (y no ya las alternativas opuestas al capitalismo, sino, por ejemplo, la Economía Mixta), pero no las quisimos escuchar, incluso las tildábamos de locas. - Es imposible que esta bonanza acabe- nos decíamos.

Pero acabó. Y acabó con las esperanzas de muchos de nosotros.



Esta crisis es pasajera, nos dicen. Pero es difícil creer que si acabamos con ella, no volverá. Es difícil no desengañarnos. Y más difícil nos resulta todavía si los propios expertos en la materia nos dicen que esto se acaba. Immanuel Wallerstein (sociólogo estadounidense que predijo, en plena Guerra Fría, que el bloque soviético desaparecería) afirmó que dentro de 30 años el capitalismo no existirá; y para acercarnos a una visión más neoliberal, el ex presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y ex ministro de economía, Rodrigo Rato, aseguró que la eficacia del mercado “se tambalea” y que es necesario “cambiar de ideas".


Así pues, es evidente que el sistema económico actual necesita, al menos, una reforma que lo transforme de arriba abajo, y no lo dicen los jóvenes utópicos, seguidores de las políticas opuestas al capitalismo. No. Lo dicen los teóricos del Neoliberalismo. Lo dicen aquéllos que lo crearon y sustentaron. Los padres del Neoliberalismo huyen de él. Ahora bien, ¿y nosotros?.



PD: Açò tenia notes a peu de pàgina, però no les he pogut copiar. Tan soles eren les fonts d´on han sigut tretes.